Una vez más, recurro a aquel sitio en el que me siento libre.
Aquel que escucha todo lo que le digo sin temor a que me pueda traicionar, aquel en el que sólo yo me puedo hacer daño, aquel que consigue que me desahogue, y aunque no lo consiga, al menos sigo intentándolo.
Sigo buscando un resquicio de tranquilidad a este roto corazón, a éste alma desgarrada recompuesta con parches, aquel que sigue sin sanar, pero sigue entero.
Sigo buscando momentos en los que al estar sola, no tenga miedo de mi cabeza, sin miedo a que cualquier cosa haga que me vuelva a hundir.
Porque sigo teniendo miedo. Miedo de mi, de ella, del tiempo, del pasado, de él, del que dirán..
Miedo del miedo, miedo a no quererme nunca, miedo a fallar otra vez, miedo a que se vayan, miedo a volver a sentirme sola, miedo a pensar en que aún no he caído del todo.
Y sé que no debo vivir así, pero lo siento..
Y siento cansancio..
Cansada de hacerme la fuerte, de fingir sonrisas, alegrías, felicidad.. Sólo para no preocupar, por no verles triste por mi culpa, por no verles como yo.
Pero entre guerra y guerra aquí sigo yo, deshaciéndome de la sensación de debilidad, con ganas para todo el mundo menos para mi. Intentando ver si hay cosas buenas en mi. Intentando no fallar.
Intentando no volver hacia atrás, intentando no verla, intentando resurgir..
Pero cada caída es peor porque me cuesta más, me duele más y pesa más..
Y cuando por fin encuentro el motivo de ese agotamiento, sólo me encuentro con que es miedo.. Miedo y cansancio de verme así, de verme mal.
Bla
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